30 de diciembre de 2012

Frank O'Hara y España

En el último número (el nº 102, nov-dic de 2012) de la revista Clarín aparecen unas breves notas de un servidor sobre el poeta Frank O'Hara y cuatro traducciones de sus poemas: son los cuatro poemas que escribió a propósito de España, que visitó en 1958 para preparar una exposición del MOMA

Dejo aquí las primeras lineas de la introducción y un fragmento de uno de los poemas. 

FRANK O'HARA: DE PINTURA Y TELÉFONOS

La vida y la poesía de Frank O'Hara (1926-1966) tienen mucho que ver con la pintura, como se ha insistido en numerosas ocasiones, pero el contacto inicial con el mundo que tanto le influiría (en tantos aspectos) fue bastante fortuito. Recién llegado a Nueva York desde Ann Arbor, donde se había graduado en literatura inglesa, el entusiasmo que le produjo una retrospectiva de Matisse en el MOMA le animó a solicitar un puesto en el museo. Destinado en un principio a la tienda de regalos, entre la ventas de postales y catálogos tenía tiempo para hablar por teléfono, charlar con los amigos que desfilaban por allí y anotar con rapidez asombrosa poemas en cuadernos y hojas sueltas. La pausa para comer le servía además para acercarse a la cercana sede de Olivetti, en cuya sala de muestras había máquinas de escribir y papel a disposición de quien quisiera usarlas, y en donde escribió apresuradamente algunos de sus mejores poemas. El trabajo le permitía también, claro, visitar una y otra vez las propias salas del museo. [...]


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MADRID

¡España! ¡mucho más hermosa que Egipto!
¡mejor que Francia y Alsacia y Livorno! ¡o que Théophile Gautier!
nada salvo borrachuzos en Niza
                                                  y yonkis en Túnez
pero todo se convulsiona bajo el toldo plateado de España
la oscura
              la seca
                         la boca de tiburón color de arena
de Europa, ¡la violada y atezada diosa de la velocidad!  
[...] 



(Frank O'Hara, traducción de A. Catalán)
 



28 de diciembre de 2012

Los naufragios están llenos de sirenas


CANCIÓN DE SIRENA

La llamo de vez en cuando, para ver si ha
cambiado la música de su contestador.
“Cuéntame en dos palabras”, dice la grabación,
“lo que ibas a contarme en mil”.

Contemplo esa idea, como si contemplara
el mar por la noche, escuchando las olas
que rompen en las rocas, sabiendo que está ahí,
escuchando, esperando a que yo hable.

Ocasionalmente coge el teléfono
y su voz me canturrea desde el pasado.
El pelo de la nunca se me pone de punta
cuando por un segundo me llega su olor.

(Traducción de A. Catalán)



26 de diciembre de 2012

Poema para un naufragio


HIMNO DEL DESOLADO

Qué hacer para mostrarse solidario
de la ruina. Arruinarse. No es astuta
la hiedra que derrumba; el viento menos
que echa tejas abajo. El atributo
de la desolación florece, crece:
vida sin colorín que sustituya
donde vida no habrá. Se poda el canto
no para su esplendor, para el embuste
mandado a suplantar. Nazca el asombro
donde no -es invisible la mano, la sonrisa
es norma- quedan brotes de otra especie.

Como la hiedra crezca terco el asombro
y, si abatido, más; hasta un abismo
-de qué hablar a los cómplices- de fértiles,
inútiles lianas: que así la ruina, al menos,
se aniquile dejando a la victoria
el campo libre para sus batallas,
pues nosotros -se suman otras voces-
llegados a este punto hemos tomado
la ilustre decisión de naufragar.


(Aníbal Núñez, recogido en Obra Poética II, Hiperión, 1995)



3 de diciembre de 2012

La réplica infinita



LA REPLICA INFINITA
(Sunflowers, Ai Weiwei)           

Autoemblema del arte y de la pipa
de girasol: repetida apertura
en la que nunca deberás adiestrar al extranjero.



(La noticia sobre la exposición de 2010, aquí)





2 de diciembre de 2012

Sobre Chantal Maillard


En El Cuaderno número 39, unas breves palabras sobre la poesía de Chantal Maillard. 5000 caracteres para definir una obra compleja e intensa:

Que el ejercicio de la inteligencia y la experiencia poética son compatibles es algo que, demasiado a menudo, parece olvidársenos. Afortunadamente, a veces vienen a recordárnoslo poetas como Chantal Maillard (Bruselas, 1951), cuyos textos se construyen precisamente en ese punto de contacto entre el pensamiento y la lírica, entre la razón y el cuestionamiento de esa misma razón. No sólo se puede pensar mientras se escribe poesía, sino que es necesario hacerlo... 

(Hacer click en las imágenes para ampliar. Para leer el número 39 completo, click aquí).

p. 22
p.23

2 de noviembre de 2012

Robert Pinsky en 'Cuadernos Hispanoamericanos'

 

Siempre me gustaron los primeros versos de ese poema que salía en el capítulo de los Simpsons en que Lisa acude a un recital de poesía en la universidad. Acaba de salir en Cuadernos Hispanoamericanos (Noviembre de 2012, nº 749) una traducción mía de ese poema, 'Imposible de contar'. Dejo aquí los primeros versos:



IMPOSIBLE DE CONTAR

Para Robert Hass y en memoria de Elliot Gilbert

Lento dulcimer, gavota y arco, en otoño
Bashô y sus amigos salen a mirar la luna;
en verano, arcoiris de gasolina en la cuneta,

la secreta cortesía que corre como icor
por la versión antigua de un chiste grosero a gran escala,
imposible de contar por escrito. "Bashô"

se llamó a sí mismo, "Platanero": plátano
como la planta que unos alumnos le entregaron,
quizás en agradecimiento a sus consejos

al atravesar una larga noche por las reglas y canales
del poema encadenado, colectivo,
compuesto en el corazón de su profesor: vivo, rígido, fluido

como pasajes grabados en un circuito microscópico.
Elliot sabía de memoria tantos chistes
que parecían reproducirse como microbios en un cultivo

en su cerebro, cada uno dando paso a tantos otros
que era imposible poder contarlos todos:
en la cultura cortesana de los chistes, el mandamás.
[...]

(Traducción de A. Catalán) 




El original, con una explicación del autor, y leído por él mismo, aquí.


24 de octubre de 2012

De dólares y tumbas: sobre 'Como un ángel sin permiso'


Breves palabras sobre Como un ángel sin permiso (Ediciones Carena, 2012), recopilación de crónicas periodísticas de Plàcid Garcia-Planas, aparecidas en el último número de El Cuaderno (número 36, leer aquí).

Hacer click en la imagen para ampliar.

El Cuaderno, nº36, Octubre 2012

10 de septiembre de 2012

Simic: poetas y dinero



LOS POETAS Y EL DINERO
Charles Simic

"Si la gente solo leyera poesía, la cual no puedes impedir que sea producida por los poetas incluso cuando no les pagas nada, entonces la ley del copyright desaparecería en un tris".
TIM PARKS

¡Estupendo! Me dije tras leer esto. El mundo se va a la mierda, pero nosotros los poetas tenemos algo que esperar. Nunca nos hicimos ricos en el pasado y no veremos un céntimo en el futuro. A pesar de las leyes de copyright, la mayoría de nuestros poemas está disponible gratuitamente para millones de personas en Internet y, en esta época de atenciones breves, la poesía podría acabar siendo la única literatura que la gente lea. Cuando no queden librerías y las bibliotecas hayan sido clausuradas, los enamorados que necesiten un estímulo amoroso adicional tendrán que alcanzar sus iPhones y encontrar un poema adecuado para la ocasión y leérselo el uno al otro. La fuerza de la poesía procede de tales usos prácticos. Todo el mundo ha oído lecturas de poemas en bodas y funerales, pero sospecho que nadie ha intentado jamás utilizar un capítulo de una novela o un cuento en esa clase de reuniones. Con razón los escritores y los intelectuales en líneas generales desdeñan tanto la poesía. Los poetas trabajan a cambio de nada, dice Tim Parks. En otras palabras, producen poemas de la misma manera que una fábrica ilegal en el tercer mundo produce juguetitos baratos.

Aún más exasperante: la mayoría de poemas son breves. Da la impresión de que llevó absolutamente nada de tiempo el escribirlos. Como mucho diez minutos. Escribir una novela de seiscientas páginas lleva años. Acudes a tu escritorio y trabajas cada día de la misma manera que un minero acude a la mina y te sientes igual de exhausto después. Por supuesto, esa clase de trabajo debe ser ampliamente recompensada. Un poeta se asoma por  la ventana a mirar caer la lluvia, o contempla el mechón de pelo de su antigua amada, garabatea algo en un pedacito de papel y da por concluido el día. Lo más escandaloso de la poesía es que los poemas compuestos de una manera tan displicente acaban en antologías que nuestros hijos deben estudiar en el colegio. No solo eso, sino que quizá acaben enamorándose de ellos, los memoricen, e intenten imitar alguno. "¡La poesía ha muerto!", grita alguien alegremente de tanto en cuando, para alivio de los padres y de aquellos que entre las clases ilustradas jamás leen poesía. No caerá esa breva. Uno solamente tiene que ver el número de propuestas de poemas que las revistas, incluyendo aquellas que jamás publican poesía, reciben cada día. Hoy más que nunca, hay miles y miles de personas escribiendo poesía en este país [EEUU], algunas de las cuales acuden a uno de los cientos de talleres de escritura que se ofrecen en las universidades, escuelas y otros lugares, y otras que escriben por su cuenta, muy probablemente en total secreto y con la más modesta esperanza de publicar en una revista literaria de cierta reputación y quizá, finalmente, publiquen un libro que será leído y admirado por colegas poetas y unos pocos más a los que le importe la poesía.

Un novelista de éxito puede, con suerte, hacer un buen dineral, de la misma manera que un escritor de memorias (si él o ella tiene la fortuna de haber tenido una madre que asesinara al padre del autor frente a sus propios ojos), y un pintor de tercera puede ganarse la vida bastante bien si una cadena de hoteles o un banco se empieza a interesar por sus paisajes y sus girasoles, pero pocos poetas logran vivir de la poesía. Durante los siglos pasados, podían esperar una invitación a cenar de algún noble refugiado en su castillo para entretener a sus invitados borrachos, o incluso recibir un trocito de tierra de manos del rey tras escribir una oda a sus múltiples conquistas y masacres. Pero en los tiempos modernos, con la excepción de la Unión Soviética de Stalin, la posibilidad de que los poetas puedan hacerle la pelota a los ricos y poderosos y nadar después en la abundancia ha sido eliminada. Incluso Robert Frost, que fue inmensamente popular y ampliamente leído mientras vivió, tuvo que conseguir un trabajo de profesor para ganarse la vida. En cuanto al resto de nuestros grandes poetas, si nos remontamos a Whitman o Dickinson, la ganancia conjunta que obtuvieron de la poesía, si fuera conocida, los haría aún más incomprensibles a los ojos de muchos americanos de lo que ya lo son.

En un país que ahora considera el dinero como lo más importante, hacer algo por el simple gusto de hacerlo no es solamente extraño, sino descaradamente perverso. Imaginen el horror y la ira de los padres de un hijo o una hija que estaba destinada a la Escuela de Negocios de Harvard y a una carrera en las finanzas pero que en lugar de ello ha desarrollado cierto interés por la poesía. Imaginen las tentadoras descripciones de las futuras riquezas y el poder que le espera a su hijo mientras tratan de hacer que reconsidere su decisión. "¿Quién le ha distinguido a usted como poeta? ¿Quién le ha enrolado en las filas de los poetas?", le gritó el juez al poeta ruso Josef Brodsky, antes de sentenciarlo a cinco años de trabajos forzados. "Nadie", contestó Brodsky. Podría haber estado hablando en el lugar de todos los hijos e hijas que tuvieron que enfrentarse a la cólera de sus padres.

En cuanto a mí, aún no soy capaz de explicarme realmente cómo me convertí en poeta, y me he dado ya por vencido. Lo que supe desde el primer momento es que el dinero nunca tuvo que ver. Solamente una vez lo olvidé e hice el ridículo. Fue a principios de los 70, cuando tenía un pobre trabajo de profesor en California y pasaba apuros para mantener a mi mujer y a mi hija. Un día que se suponía que teníamos que ir a visitar a unos amigos en San Francisco, recibí una carta de un tipo que estaba poniendo en marcha una revista de arte y que, tras decirme cuánto le gustaban mis poemas, dijo que le gustaría publicar un par de ellos y pagarme 600 dólares, pero que los necesitaba ya mismo. Era una suma importante de dinero en 1972, particularmente para alguien cuyo salario como profesor asistente en una universidad estatal era bastante lamentable y que generalmente estaba sin un céntimo, cuyo único salario extra procedía de pequeñas revistas literarias que pagaban entre cinco y veinticinco dólares por poema y la mayoría de las veces nada en absoluto.

El problema es que no tenía nada en aquel momento que pudiera enviarle. Entré corriendo en casa, agarré un cuaderno de papel amarillo y un boli, le dije a mi mujer que condujera, y me senté en el asiento trasero tratando febrilmente de escribir unos cuantos poemas durante el viaje. El día siguiente cuando llegué a casa, y durante toda la semana, continué trabajando en ellos con mucho ánimo y total concentración, mientras me pasaba las tardes discutiendo con mi mujer sobre en qué íbamos a gastarnos la pasta. Pero una soleada mañana me levanté antes que nadie, me senté en mi mesa y leí aquello en lo que había estado trabajando, y me di cuenta de que todo era absolutamente falso. Rompí los poemas apresuradamente con mucha vergüenza y salí a dar un largo paseo con mi perro.

The New York Review of Books, August 21, 2012

(Traducción de Andrés Catalán) 


31 de julio de 2012

Recordando a Aníbal Núñez con un poema de LJM



De varia y tardes con Aníbal Núñez


Para Pepe Núñez y Ángela San Francisco

¿Aníbal? ¿Está Aníbal?
Enseguida se pone, y escuchaba
la voz firme y timbrada de Angelita.
Desde la sobremesa hasta la cena
muchas tardes de invierno comenzaron así;
tardes sin uñas ni pavesas tristes.

El espacio remoto en sus conversaciones,
desde los barcos ebrios de la flota del verso,
hasta el perfil de Salamanca (abierta
en sucesivas torres) hacia el río
o la precisa descripción de un viaje
de infancia, en tren, por el pinar de Coca
hacia Segovia, era excitante siempre.

Guardaba tiernas cartas de muchachas...
En las de Merry Fine, de USA, le contaba
incidentes oscuros de aquel reino
con fotos del South Boston, que ilustraban
las descripciones de esos paraísos
mecidos por las dunas de un Sahara de nieve.

Abríamos los cuadros memorables
de la mejor pintura de los tiempos;
las imágenes tiernas del pionero O'Sullivan
que hiciera los retratos finales de los búfalos
y de la libertad en las praderas.

Veíamos llegar, de frente, los ocasos
hablando de la forma de fingir de Propercio
e íbamos a la calle, al reconocimiento
de los barrios, a encontrar la radiante
figura de una vieja máquina de pin-ball,
en un bar que él había evocado en sus versos,
notable novedad de imágenes danzantes,
cadera articulada de premio a los cien puntos
con panorama abierto hacia una flora
exótica que cerca a mitos gritos,
como el de Venus sobre nácar rosa
surgiendo de las aguas, en Haway, recibida
por el penacho de los cocoteros.

Yo dejé de vivir en Salamanca
(la sustancia del tiempo al pudrirse es más pálida)
cuando comenzó Aníbal el alzado
de ciertas ruinas... Fieles lealtades
al incendio que en ella la luz de ocaso deja
sobre el hueco dorado de sus plazas
y la llama redonda de sus cúpulas.


Luis Javier Moreno, Cuaderno de campo, Hiperión, 1996


Aníbal Núñez (1944-1987)


26 de julio de 2012

Un poema en THE SHOp: a Magazine of Poetry

Gracias al buen hacer de John y Hilary Wakeman, los amables editores de THE SHOp, una revista irlandesa de poesía, acaba de aparecer un poema mío (traducido al inglés) en el número 39. El título es 'Quantum Physics makes me sad' y la ilustración que lo acompaña es del ínclito Álvaro Santamaría. A todos, gracias.





4 de junio de 2012

Dos poemas de Philip Larkin


UN ESCRITOR

"Interesante, pero vana", decía su diario,
donde día a día anotaba sus movimientos
y nada excepto sus amores motivaba pesquisas;
sabía, claro, que ninguna acción tiene recompensa,
que no hay premios: aunque el ojo pueda percibir
gran belleza en un gesto o un silencio,
es necesario no esperar paga más duradera
que el momentáneo aplauso de las tripas.

Vivió años y años y nunca se sorprendió:
un miembro de su raza idiota y mentirosa
encontró una explicación para sus vicios: se dio cuenta
que era un don que poseía en exclusiva:
mirar al mundo de frente y a la cara;
la cara que no notó que era la suya.



OTRA VEZ EL AMOR

Otra vez el amor: cascársela a las tres y diez
(sin duda él ya se la habrá llevado a casa),
el dormitorio caliente como una panadería,
agotado el alcohol, sin haberme mostrado
cómo dar la talla mañana, o después,
y el dolor de siempre, como disentería.

Algún otro sintiendo sus pechos y su coño,
algún otro ahogándose en esa mirada repleta de pestañas,
y es de suponer que yo debo ignorarlo,
o encontrarlo gracioso, o que no me importe,
incluso... ¿pero por qué ponerlo en palabras?
Mejor aislar este elemento

que se extiende a través de otras vidas como un árbol
y que en cierto sentido las apremia
y explicar por qué en mi caso nunca funcionó.
Algo que tiene que ver con la violencia
de hace mucho tiempo, y las equivocadas recompensas,
y la arrogante eternidad.


Traducción de A. Catalán



3 de junio de 2012

Mantener la cadena de frío


Acaba de salir, Pre-textos mediante, Mantener la cadena de frío, 41 poemas en torno a la comida. Comida y muerte, comida y arte, comida y amor, comida con comida y comida sin comida. Escrito con Ben Clark a cuatro manos (o a dos, ni Ben ni yo somos ambidiestros). Dijo alguna vez Elena Medel que la poesía no da para comer, pero si para merendar; dejo aquí pues un aperitivo merendolesco del libro.



NEVERA VACÍA 

El ahorro es un lujo.
F. SCOTT FITZGERALD

Nuestra nevera nunca estuvo llena.
Se congelaba, hacía ruidos raros
como diciendo «mira, no me usáis,
vendedme a alguien del barrio, no será muy difícil»
–todo esto, claro está, en un lenguaje
propio de las neveras;
un idioma sintético, volátil,
una lengua compleja, cargada de freón–.
Con todo éramos pobres para poder tener
la nevera vacía,
debíamos llenarla de algún modo.
Fue mi mujer quien dio la idea de los libros.


Andrés Catalán & Ben Clark
Mantener la cadena de frío
Pre-textos, 2012

[Más info en la web de Pre-textos, AQUÍ]
[Otro poema, en el blog de Ben Clark, AQUÍ]



17 de mayo de 2012

Poesía y comida: Amy Beeder



PORQUE NUESTROS CAMAREROS SON UNOS ROMÁNTICOS SIN REMEDIO

              rompen los platos tras solo una comida:
platos que imitan nenúfares o cangrejos de herradura,
             alas de vencejo,
carpas doradas, remolinos, espiráculos en un rictus:
             todos hechos añicos contra el borde de la mesa—

...pero además nuestro chef se abstiene de usar pimienta & sal
             en favor de violetas & vísperas
& tinta de calamar y & miel de avispas
             raros líquenes cultivados en nieve de la comarca
auténtico légamo oscuro del Nilo o del Tigris.

             ¿Verdad que sabes que la carne de ave, si se cocina bien,
cura las enfermedades psíquicas más comunes?
             Es algo relacionado con las plumas.

                                      ≈

...pero tienes hambre. Pasa. Siéntate. Prueba.
             Para la vergüenza hay pechuga de cisne.

Prueba con la tarta de codorniz para la rabia,
             el guacamayo sobre orquídeas escalfadas para el aburrimiento.

Y servimos muchísimas otras cosas.
             No hay realmente nada que no puedas pedir:
patas de cabra, naranjales, profetas & humo
             huérfanos tocando el violín
sabores de la memoria, invierno & cera, ángulos de sol, insólitas reivindicaciones...

             No te preocupes, hay más que suficiente—

es un festín misterioso este al que asistes, pero te ofrece
             el afable aroma del caldero, la luz de la abundancia vertida
sobre cada mesa & cada maravilloso taburete
Pasa—

                                      ≈

Ahora ya captas lo esencial:
             a la cabecera de cada mesa ese montón creciente de fragmentos
no son desechos sino un homenaje al ceramista.
             El mundo es un plato que paladear, que terminarse:

esta caracola a flote en el caldo
             un ojo vertical y ribeteado
aunque es un presagio & está probablemente contaminado, es un consuelo
             igual que estas torres de nísperos & de relucientes escamas
o nuestro estruendo mortal y chillón de brillantes cacerolas.

             Pestañea frente al sol y mira al interior.
Nuestras diminutas luces no se asemejan para nada a las estrellas.
             Pasa, ven a cenar. Nunca te vas a sentir lleno.


(Amy Beeder, 2009)
Traducción de A. Catalán

8 de mayo de 2012

Una nueva canción, de Devin Johnston



A la manera de Guillermo IX, Duque de Aquitania

Con la dulzura que fluye por estos nuevos días,
los bosques se llenan de hojas, y los pájaros cantores expresan
en neumas de posadas melodías
íncipits de una nueva canción.
Después el amor debería encontrar lubricidad
y acelerarse, tras haber dormido tanto.

La sanguinaria florece, y eso está muy bien,
pero nadie me ofrece a mí ni una palabra
que calme mi preocupado corazón,
y no podremos volver el rostro hacia
el sol, y abrirnos poco a poco,
a no ser que lleguemos a un acuerdo.

Y así continúa nuestro amor, noche y día:
es como la rama de espinoso espino
que es azotada por un viento glacial
del anochecer al alba, barnizada de aguanieve,
hasta que los primeros rayos del sol ascienden
a través de las hojas y las ramas, extendiendo el calor.

Me acuerdo de una mañana de abril
cuando ella cedió sin previo aviso,
abandonó ese desaire helado
y dio paso a la risa, a carcajadas de felicidad.
¡Dios mío, permíteme vivir lo suficiente
para meterle mano debajo del vestido!

Odio la charla elevada
que desprecia a la raíz y al tallo
y pone al anodino orgullo por encima
de las vicisitudes del deseo y las disputas.
Dejad que los demás reclamen un amor superior:
nosotros tenemos el pan, tenemos el cuchillo.
 
Traducción de A. Catalán

El original, aquí.

Y el poema de Guillermo de Aquitania al que hace referencia, 
en traducción de Luis Alberto de Cuenca, aquí.


 

17 de abril de 2012

Vallejo y Philip Levine

El 15 de Abril de 1938 moría en París César Vallejo, un viernes santo lluvioso, no un jueves, como vaticinó en su famoso poema 'Piedra negra sobre una piedra blanca'. Después lo enterrarían en Mortparnasse, con ese maravilloso epitafio que es "He nevado tanto para que duermas". 

El poeta norteamericano Philip Levine escribió a finales de los 90 este poema homenaje al gran poeta peruano:


PIEDRA NEGRA SOBRE NADA

Todavía sobrio, César Vallejo vuelve a casa y encuentra un lazo negro
alrededor del edificio de apartamentos, cubriendo la puerta de la calle.
Deja su bastón, se quita su grasiento sombrero, y comienza
a deshacer el enredo. Sus vecinos se amontonan tras él
preguntándose qué sucede. Una mujer madura que lleva
una barra de pan reciente le pide que se haga a un lado para que
pueda entrar, subir los dos tramos de empinadas escaleras hasta su apartamento,
y comenzar la tarea diaria de prepararle la comida a su Monsieur.
Vallejo hace como que no oye nada o quizá realmente
no oye nada de lo absorto que está en esta extraña tarea que le consume
las últimas horas de la mañana. ¿Me olvidé de mencionar que nadie más
es capaz de ver el lazo negro o entender por qué sus dedos
parecen tan decididos a desenredar lo que no está allí? Acuérdate de
cuando tenías solo seis años y en los días especialmente calurosos
acostumbrabas a descender los temblorosos escalones hasta el sótano
con la esperanza inicial de que alguien, quizá tu madre, se fuera poco a poco
dando cuenta de tu ausencia y sintiera un súbito ataque
de angustia o de terror. Por supuesto que nadie se daba cuenta. Madre
se sentaba aguardando durante horas junto al teléfono, de vez en cuando
echaba un vistazo al sol del verano que resplandecía a través de las cortinas del salón
mientras abajo, frío y solo, sentado sobre el hormigón húmedo
observabas el mismo sol filtrándose a través del polvo
desde los dos altos ventanucos. Junto a la caldera una araña
trabajaba con brillantez descendiendo desde la bombilla fundida del techo
con una determinación que a esa edad todavía podías comprender.
1937 duraría solamente seis meses más. Era jueves.
La lluvia había sido vaticinada pero no nunca llegó. La araña marrón trabajaba
con o sin esperanza, aunque cuando el polvoriento sol alcanzó
la tela pudiste contemplar un diseño tan perfecto que ha permanecido
en tu memoria como un modelo de algo significativo. César Vallejo
deshizo el lazo negro que nadie más veía y subió
hasta su ático y echó un vistazo afuera a las sombrías azoteas que se extendían
por el sur hacia España, donde murió su corazón. Conozco todo esto.
He caminado cerca del mismo edificio año tras año al caer la noche
cuando las golondrinas se acomodan sin un solo ruido en los escasos árboles
junto al canal abandonado. He venido cuando la nieve invernal
cegaba el distante cielo amenazante. He venido justo después del alba,
he venido en primavera, en otoño, bajo la lluvia, y él nunca estaba aquí.


[Philip Levine, El Misericordia, 1999]
[Traducción de A. Catalán]

César Vallejo, vía La Voz del Norte

2 de abril de 2012

Sobre 'Averno', de Louise Glück

Pequeños apuntes de un servidor sobre Louise Glück y su Averno (Pre-Textos, 2011), aparecidos en El Cuaderno, suplemento literario de La Voz de Asturias, el pasado 1 de Abril.

Hacer click en la imagen para ampliar.

El Cuaderno, semanal de cultura, nº 24, 1-04-2012, p. 7

27 de marzo de 2012

Frank O'Hara en la playa


ESTUDIO PARA MUJERES EN UNA PLAYA

"Veo ahora que los tigres junto al mar
se agazapan. Y aún así, inmerso, una gaviota
sobre las dolorosas posibilidades de

las olas, descubro que mi piel es más libre".
Sus cabellos tratan de agarrarse a nubes
de arena, las secas parroquias de perlas

escuecen en los pliegues de su imperial
piel japonesa. Los tridentes del océano
levantan hacia el cielo llameantes paracaídas

de alabanzas y las morsas visten pieles
de marta por la tarde. "¿Cómo entonces puedes
temerle a la muerte? ¿si, en el cálido domingo,

estamos tan universalmente encamados? Ellas
no saben de ninguna catedral, tan enigmáticas,
donde la rociada de las olas no queme

como un espejo. Una combustión helada
se ha propagado entre varias, pero las dos
hablan sin parar mientras el incienso alza sus pilares.



29 de febrero de 2012

P. Levine, política y poesía

 _
"El acto de escritura de un poema es un acto político. Habitamos la clase de mundo que predijo Orwell, y la sencilla insistencia en un lenguaje preciso se ha convertido en un acto político. Nada es más obvio que lo que nuestros políticos le están haciendo al lenguaje, por lo que si los poetas insisten en la verdad, o en una interpretación fiel, o en un uso exacto del lenguaje, si por ejemplo insisten en una descripción veraz de la vida de la gente, tal como es—eso es un acto político"


(Tomado y traducido de un artículo en The Antioch Review, 1986)

Philip Levine, por Bill Morris

21 de febrero de 2012

'Ave María', de Frank O'Hara


Madres de América
                                     ¡dejad a vuestros hijos ir al cine!
quitáoslos de encima para que no sepan qué estáis tramando
es cierto que el aire fresco es bueno para el cuerpo
                                                                                     pero qué pasa con el alma
que crece en la oscuridad, repujada con imágenes plateadas
y cuando os hagáis viejas tal y como no os va a quedar más remedio
                                                                                                           no os odiarán
no os criticarán no sabrán
                                               estarán en algún sofisticado país
que vieron por primera vez un sábado por la tarde o mientras hacían novillos

quizás incluso os estarán agradecidos
                                                             por su primera experiencia sexual
que solo te cuesta un cuarto de dólar
                                                              y no ofende el sosegado hogar
sabrán de dónde vienen las chocolatinas
                                                                  y las injustificadas bolsas de palomitas
tan injustificadas como lo es marcharse antes de que acabe la película
con un simpático desconocido cuyo piso está en el Edificio Paraíso en la Tierra
cerca del puente Williamsburg
                                                  oh madres habréis hecho a los pequeños mocosos
muy felices porque si nadie liga con ellos en el cine
desconocerán cuál es la diferencia
                                                          y si alguien lo hace bienvenido sea
y realmente se habrán entretenido en cualquiera de los casos
en lugar de perder el tiempo en el patio
                                                                 o arriba en sus habitaciones
                                                                                                             odiándoos
prematuramente puesto que no habréis hecho aún nada horriblemente mezquino
excepto protegerlos de las oscuras alegrías
                                                                          es imperdonable esto último
así que no me echéis la culpa si no aceptáis este consejo
                                                                                              y la familia se deshace
y vuestros hijos se hacen mayores y se quedan ciegos frente a la tele
                                                                                                                     viendo
las películas que no les dejasteis ver cuando eran jóvenes


Traducción, A. Catalán 
El original, aquí.

Times Square 1950, Frank Oscar Larson