26 de diciembre de 2013

Volver a Wallace Stevens


UNA CUALQUIERA SE RECLINA EN SU DIVÁN

Sobre su costado, apoyada en su codo.
Este mecanismo, esta aparición,
supongamos llamada Proyección A.

Flota en medio del aire a nivel
del ojo, del todo anónima,
nacida, pues lo fue, a los veintiuno,

sin linaje ni lenguaje, solo
la curvatura de la cadera, como un inmóvil gesto,
ojos empapados de azul, tanto que aprender.

Si justo sobre su cabeza estuviera colgada,
suspendida en el aire, la más débil corona
de puntas góticas y el brillo de costumbre,

la suspensión, como en un espacio sólido,
retirada la mano suspendida, sería
un gesto invisible. Que esto se llame

Proyección B. Alcanzar la cosa
sin gestos es alcanzara como
idea. Flota en la contienda, el flujo

entre la cosa como idea y
la idea como cosa. Ella es a medias quien la hizo.
Esta es la definitiva Proyección C.

La distribución contiene el deseo del
artista. Pero uno confía en aquello que no tiene
un creador escondido. Uno recorre fácilmente

la costa sin pintar, acepta que el mundo
sea cualquier cosa menos una escultura. Adiós,
señora Pappadopoulos, y gracias.

(Wallace Stevens, Transport to Summer, 1947)


(Traducción, A. Catalán)
(Original, aquí, en voz de Stevens)


Más Wendy Cope



TRAS EL ALMUERZO 

En el puente de Waterloo, donde nos dijimos adiós,
las condiciones meteorológicas me hacen llorar.
Me las seco con uno de mis negros guantes de lana
y trato de no darme cuenta de que me he enamorado.

En el puente de Waterloo intento pensar:
No es nada. Estás colocada de carisma y alcohol.
Pero en la gramola que llevo dentro suena una canción
que dice otra cosa. ¿Y cuándo no ha acertado?

En el puente de Waterloo con el viento en el pelo
estoy tentada de saltar. Estás idiota. Me da igual.
La cabeza hace lo que puede pero manda el corazón:
lo reconozco antes de llegar a cruzar al otro lado.


(Wendy Cope, Two Cures for Love, Selected Poems 1979-2006)
(Traducción, A. Catalán)
(El original, por ejemplo, aquí)


7 de diciembre de 2013

Una versión de un poema de Wendy Cope


"Hoy en día, si te ven leer poesía en el tren, el vagón se vacía instantáneamente".
Andrew Motion en una entrevista en The Guardian

Efectivamente, es cierto. He ido aquí y allá
bastante en tren. Muy a menudo explico
que si primera clase no pudiste pagar
un libro de poemas cómprate en su lugar.
Así, si encuentras los asientos ocupados,
enarbola tu Edward Thomas, Yeats o Pound.
A tus colegas de vagón, muy alterados,
no les apetecerá seguir allí sentados.
La sociología ferroviaria más reciente
muestra que leer en voz alta es lo mejor:
elige algún que otro fragmento y será suficiente
para quedarte a solas totalmente.
Esta táctica es una bendición para insociables
y muestra que la poesía sí que es indispensable.

(Wendy Cope, Two Cures of Love, Selected Poems 1979-2006, F&F, 2008)

(Traducción, A. Catalán)