27 de abril de 2016

Shakespeare: soneto CXXIX


Emplear el alma en un derroche de deshonra
es la lujuria en acción; y hasta la acción, lujuria
es perjura, asesina, sangrienta, criminal,
salvaje, extrema, ruda, cruel y traicionera,


no antes disfrutable mas pronto despreciada,
sin más razón buscada; y, no menos pronto
sin más razón odiada como al tragar un cebo
tendido al fin de enloquecer al que lo prueba.

Locura al perseguirla y también al gozarla,
perdida ya, lograda, y por lograrla, extrema;
por probar, una dicha, y un mal si ya probada;
antes, deleite insinuado; un sueño luego.

Todo esto sabe el mundo entero; mas nadie sabe
cómo evitar el cielo que conduce a este infierno.

(Traducción, Andrés Catalán)

               ***          *** 

Th' expense of spirit in a waste of shame
Is lust in action; and till action, lust
Is perjured, murd'rous, bloody, full of blame,
Savage, extreme, rude, cruel, not to trust, 

Enjoyed no sooner but despisèd straight,
Past reason hunted; and, no sooner had
Past reason hated as a swallowed bait
On purpose laid to make the taker mad; 

Mad in pursuit and in possession so,
Had, having, and in quest to have, extreme;
A bliss in proof and proved, a very woe;
Before, a joy proposed; behind, a dream. 

All this the world well knows; yet none knows well
To shun the heaven that leads men to this hell.

Shakespeare: soneto XXIX


Cuando, castigado por la fortuna y los hombres,
en soledad lamento mi condición de paria,
y con mi llanto en vano molesto al sordo cielo,
y me paro a mirarme, y maldigo mi suerte,


y deseo el futuro de algún afortunado,
y su punto de fama, y su copia de amigos,
y ansío de este el arte y de aquel sus recursos,
con lo que más disfruto aún menos satisfecho;

mas cuando al borde me hallo ya del desdén propio,
pienso felizmente en ti, y mi ánimo, entonces,
parecido a la alondra que con el alba se alza
de la tierra, canta himnos a las puertas del cielo;

recordar tu tierno amor supone tal fortuna
que ni el lugar de los reyes cambio por el mío.

(Traducción, Andrés Catalán)

                ***      ***

When, in disgrace with fortune and men’s eyes,
I all alone beweep my outcast state,
And trouble deaf heaven with my bootless cries,
And look upon myself and curse my fate, 

Wishing me like to one more rich in hope,
Featured like him, like him with friends possessed,
Desiring this man’s art and that man’s scope,
With what I most enjoy contented least; 

Yet in these thoughts myself almost despising,
Haply I think on thee, and then my state,
(Like to the lark at break of day arising
From sullen earth) sings hymns at heaven’s gate; 

For thy sweet love remembered such wealth brings
That then I scorn to change my state with kings.



4 de abril de 2016

'Envidia de los poemas ajenos', de Robert Hass


ENVIDIA DE LOS POEMAS AJENOS

En una versión de la leyenda las sirenas no saben cantar.
Que sepan hacerlo era solo una historia de marineros.
Así que Odiseo, atado al mástil, sufre el tormento
de una música que no oye —el chapoteo del mar,
el cambio del viento, el apetito costero de las aves—
y las calladas mujeres que recogen algas para abonar su jardín,
al verle forcejear con el cordaje, al ver en sus ojos
tan tremendo deseo, quedan transformadas para siempre
en el baldío rocoso de su isla por lo que imaginan
que él imagina que es la canción que no han cantado nunca.


(Robert Hass)
(Traducción de Andres Catalán)
(Original, aquí