HOMBRE CON OBJETO
El poema debe lograr resistirse
a la inteligencia casi del todo. Ejemplo:
una figura morena en una tarde de invierno
se resiste a la identidad. Lo que lleva se resiste
al sentido más necesitado. Acéptalos entonces
como algo secundario (partes no percibidas de todo
del total evidente, partículas inciertas
de lo sólido y cierto, lo primario libre de dudas,
cosas que flotan como los cien primeros copos de nieve
de una tormenta que debemos soportar toda la noche,
de una tormenta de cosas secundarias),
el horror de los pensamientos que de repente son reales.
Debemos soportar nuestros pensamientos toda la noche,
hasta que el brillo de lo evidente quede inerte en el frío.
(Traducción de A. Catalán. Original, acá)
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