10 de enero de 2017

Un poema de 'Praderas' (Pre-textos, 2017), de Louise Glück


NOSTOS

Había un manzano en el patio
–de esto debe hacer
unos cuarenta años– tras el cual,
sólo un prado. Montones
de azafrán entre la hierba mojada.
Me quedé en aquella ventana:
finales de abril. Flores
primaverales en el patio del vecino.
¿Cuántas veces, en realidad, floreció
el árbol en mi cumpleaños,
el día exacto, no
antes, ni después? Sustitución
de lo inmutable
por lo que cambia, lo que evoluciona.
Sustitución de la imagen
por la tierra implacable. Qué
es lo que sé de este lugar,
el papel de los árboles durante décadas
asumido por un bonsái, voces
que surgen de las pistas de tenis;
campos. Olor a hierba alta, recién cortada.
Lo que uno esperaría de un poeta lírico.
Miramos el mundo una sola vez, en la niñez.
Lo demás es memoria.

(Louise Glück, Praderas, traducción de Andrés Catalán, Pre-textos, 2017)