14 de septiembre de 2025

'Ámame, no como las soñadoras enfermeras', de Dylan Thomas

 

Ámame, no como las soñadoras enfermeras

a mis pulmones derrotados, ni como el ciprés

en su vejez a la arcilla de la joven.

Ámame y quítate la máscara.

 

Ámame, no como las muchachas celestes

a sus amantes etéreos, ni como las sirenas

a sus amantes salados de los mares.

Ámame y quítate la máscara.

 

Ámame, no como la paloma alborotada

a las copas de los árboles, ni como la legión

de gaviotas al labio de las olas.

Ámame y quítate la máscara.

 

Ámame, como el topo ama a su negrura

y al asustadizo ciervo la tigresa:

que odio y temor sean tus dos amores.

Ámame y quítate la máscara.

 

(Trad. Andrés Catalán) 

'La fuerza que impulsa la flor por la verde espoleta', de Dylan Thomas

 

La fuerza que impulsa la flor por la verde espoleta

impulsa mi verde edad; la que ataca la raíz de los árboles

es mi destructora.

Y no soy capaz de decirle a la rosa torcida

que a mi juventud la doblega la misma fiebre helada.

 

La fuerza que impulsa el agua a través de las rocas

impulsa mi sangre roja; la que seca los boqueantes arroyos

convierte los míos en cera.

Y no soy capaz de decir con mi boca a mis venas

que la misma boca bebe en el manantial de montaña.

 

La mano que arremolina el agua en el estanque

revuelve las arenas; la que el viento amarra

iza la vela de mi mortaja.

Y no soy capaz de decirle al ahorcado

que de mi arcilla está hecha la cal de los verdugos.

 

Los labios del tiempo sorben de la fuente;

el amor gotea y se acumula, pero la sangre caída

calmará sus llagas.

Y no soy capaz de decirle al viento tempestuoso

que el tiempo ha trazado un cielo entre los astros.

 

Y no soy capaz de decirle a la tumba de la amada

que en mi sábana anida el mismo gusano retorcido.

 

(Dylan Thomas, trad. Andrés Catalán)