que sujetan la ladera,
la mostaza azotada
por los vientos marinos, una brillante
y encarnada amapola inspirando
y espirando. El aroma
de tierra española llega
hasta mí, amarilleada
con mi propia orina.
A 40 millas de Málaga
a casi medio mundo
de casa, estoy en casa y estoy
en ningún sitio, un hombre que envidia
a la hierba.
Dos bueyes curiosean
uncidos juntos en el verde claro
más abajo. Rechinan sus cencerros. Cuando
caen la oscuridad y la humedad
con el anochecer juntan
sus grandes y lentos cuerpos camino
de los establos.
Si mi espíritu
descendiera ahora, sería
una gaviota extraviada destellando contra
una ascendente ladera, o un ángel
que llorara demasiado fácilmente, o un único
vaso de agua de mar, ya nunca azul
y misteriosa, pero salada todavía.
(Philip Levine, From Red Dust, 1971)
(Traducción de A. Catalán)
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