en algún lugar al que nunca he ido,felizmente más allá
de cualquier experiencia,tus ojos tienen su silencio:
en tu gesto más delicado hay cosas que me rodean,
o que no puedo tocar porque están demasiado cerca
tu más leve mirada me abrirá sin esfuerzo
aunque me haya cerrado como unos dedos
siempre me abres pétalo a pétalo como la primavera abre
(rozando hábil,misteriosamente)su primera rosa
o si tu deseo fuera que me cerrara,yo y
mi vida nos cerraremos muy hermosamente,de golpe,
como cuando el corazón de esta flor imagina
una nieve que minuciosamente cae por todas partes;
nada de lo que podamos percibir en este mundo iguala
la fuerza de tu apasionada delicadeza:su textura
me conmina con el color de sus países,
repartiendo muerte y eternidad a cada aliento
(no sé qué es lo que tienes que es capaz de cerrar
y de abrir;pero algo en mí comprende
que la voz de tus ojos es más intensa que todas las rosas)
nadie,ni siquiera la lluvia,tiene unas manos tan pequeñas
(Trad. Andrés Catalán)
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