29 de julio de 2014

Más James Tate


MUY TARDE, PERO NO DEMASIADO TARDE

Fui el último en abandonar la fiesta. Les
dí las buenas noches a Stephanie y Jared. Ya estaban
en la cama. De hecho, estaban haciendo el amor,
pero se detuvieron y me agradecieron el haber acudido. Al recorrer
la Kellog Street, con la luna llena iluminando mi
camino, me pregunté quiénes eran realmente esas personas, y
por qué me habrían invitado. Me había sentido como un espía
toda la noche, absorbiendo inútiles cantidades de información.
Es asombroso lo que la gente llega a contarle a un completo
desconocido. Al final de la Kellog giré a la derecha por
la Windsor. Había una mujer bajo el alumbrado.
Parecía asustada. "¿Necesita ayuda?" le pregunté.
Vaciló en responder, pero finalmente dijo, "Me he
perdido". "¿A dónde quiere ir?" le pregunté.
"A Richard Street", dijo, "mi tía vive allí".
"No está lejos", dije, "la acompañaré
hasta allí". Y nos pusimos en camino. Notaba
que estaba aún algo inquieta. Su autobús había
llegado tarde, y esperaba que su tía la hubiera
ido a buscar, y nadie contestó el teléfono cuando
trató de hablar con ella. Cuando llegamos a casa de su tía
no había ni una luz encendida. Esperé mientras llamaba
a la puerta. Llamó más y más fuerte, pero
su tía no contestaba. "Escucha", le dije, "yo vivo
muy cerca. Vayamos a mi casa y llamemos
a la policía. Ellos lo solucionarán".
No le quedaban más opciones aparte de aceptar. Caminamos
en silencio, un silencio fluido, suave y abundante. Y cuando
alargó el brazo y me cogió la mano, sentí como
si mi vida hubiera comenzado.

(James Tate, original aquí)
(Traducción, Andrés Catalán)

Edward Hopper, Night Shadows, 1921

No hay comentarios: