14 de septiembre de 2025

'Vemos levantarse el viento secreto tras el cerebro,' de Dylan Thomas

 

Vemos levantarse el viento secreto tras el cerebro,

la esfinge de luz posarse en los ojos,

el código de los astros traducirse en el cielo.

Una noche secreta desciende entre

el cráneo, las células, las plegables orejas

sosteniendo eternamente la luna muerta.

 

Un grito sube al cielo como un cohete,

calamidad del populacho de los ciegos

decoradores de la frente de la ciudad,

doradores de calles, las manos del populacho

aplauden a la atareada hermandad

de la vara y la rueda que resucita a los muertos.

 

Una deidad urbana, movida por turbinas, esculpida de acero,

relumbra en las calles eléctricas;

un salvador urbano, en el huerto

de farolas y frutas de altos voltios,

pronuncia un evangelio de acero a los desgraciados

que hacen girar las ruedas y fijan los tornillos.

 

Oímos levantarse el viento secreto tras el cerebro,

la voz secreta nos grita en los oídos,

el evangelio urbano clama al cielo.

Sobre la deidad eléctrica crece

un Dios, más poderoso que el sol.

Las ciudades no nos robaron los ojos.

 

(Trad. de Andrés Catalán) 

No hay comentarios: