AL PARARME JUNTO AL BOSQUE UNA NOCHE DE NIEVE
Creo saber de quién es este bosque.
Su casa está en la aldea, sin embargo;
no podrá ver cómo aquí me detengo
a contemplar su bosque cubierto por la nieve.
Mi pequeño caballo debe pensar que es raro
pararse en este sitio sin granjas a la vista
entre el helado lago y este bosque
en la noche más lóbrega del año.
Sacude las campanillas del arnés
para preguntar si me habré equivocado.
El único otro sonido es el barrido
calmo del viento y de los copos suaves.
El bosque es hermoso, oscuro y denso,
pero tengo promesas que cumplir,
y mucho que andar antes de dormir,
y mucho que andar antes de dormir.
(Robert Frost, Poesía completa, traducción de Andrés Catalán, Linteo 2017)
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