11 de diciembre de 2014

La camisa, de Robert Pinsky


En el New Yorker han colgado un video realizado por el Nantucket Project (al final de este post) del poema 'La camisa' de Robert Pinsky donde recitan él mismo, Herbie Hancock, el rapero Nas, la actriz Kate Burton y Elisa New.

He aprovechado para retocar la traducción del mismo poema que apareció en Ginza Samba (Vaso Roto, 2014), la antología de poemas que preparamos Luis Alberto Ambroggio y yo.

LA CAMISA

La espalda, el canesú, la tela. Las costuras dobladas,
las puntadas casi invisibles a lo largo del cuello
cosidas en una fábrica clandestina por coreanos o malayos


que chismorrean en el descanso entre el té o los fideos
o hablan de dinero o política mientras uno encaja
esta manga con su tejido extra en la banda

del puño que abotono en mi muñeca. La prensa, la cortadora,
el exprimidor, el rodillo. La aguja, la unión,
el pedal, el carrete. El código. El infame incendio

en la Fábrica Triangle en mil novecientos once.
Ciento cuarenta y seis murieron en las llamas
en el noveno piso, sin extintores, sin escaleras de incendios;

el testigo, en un edificio al otro lado de la calle,
que observó cómo un muchacho ayudaba a una chica a subirse
al alféizar de la ventana, y después la sostenía fuera

lejos de la pared de ladrillos y la dejaba caer,
y luego a otra. Como si estuviese ayudándolas
a entrar en un tranvía y no en la eternidad.

Una tercera antes de que la soltara le puso los brazos
alrededor de su cuello y lo besó. Entonces la sostuvo
en el espacio y la dejó caer. Casi al mismo tiempo.

Él mismo se subió al alféizar, su chaqueta flameó
Y se agitó sobre la camisa a medida que caía,
con el aire llenándole las piernas de sus pantalones grises;

igual que al demente de Hart Crane “se le hincha la camisa chillona".
Fascinante cómo el diseño combina perfectamente
a lo ancho de la solapa y sobre los remates bordados

en las esquinas de ambos bolsillos, como una rima estricta
o un acorde mayor. Estampados, telas escoceas, cuadros,
diseño pata de gallo, Tattersall, Madrás. Los tartanes

inventados por los dueños de los telares inspirados por el engaño de Ossian
para controlar a sus salvajes obreros escoceses, domesticados
por una heráldica inventada: MacGregor,

Bailey, MacMartin. El kilt, diseñado para que los obreros
la vistieran entre los ruidosos y polvorientos telares.
Tejedores, cardadores, hilanderos. El cargador,

el estibador, el peón. El sembrador, el recolector, el clasificador
sudando con su máquina en un desorden de algodón
como los esclavos con turbantes de percal sudaban en los campos:

George Herbert, tu descendiente es una Mujer
Negra de Carolina del sur, su nombre es Irma
y ella ha inspeccionado mi camisa. Su color y su ajuste

y su tacto y su olor a limpio nos ha dejado satisfechos
tanto a ella como a mí. Hemos elegido el precio y las calidades
de los botones de hueso falso,

los ojales, la talla, la entretela, las letras
impresas en negro en la tira del cuello y el faldón. La hechura,
la etiqueta, la mano de obra, el color, el tono. La camisa.

(Robert Pinsky)
(Traducción, Andrés Catalán)

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