DE CARA A UNA EXPOSICIÓN: II (1945)
[cummings
elabora una entrevista imaginaria en la que establece una conexión entre su
pintura y su poesía]
¿Por
qué pinta?
Por
exactamente la misma razón que respiro.
Esa
no es una respuesta.
No
hay ninguna respuesta.
¿Desde
cuándo no ha habido una respuesta?
Desde
que soy capaz de recordar.
¿Y
desde cuándo escribe?
Desde
que soy capaz de recordar.
Me
refiero a poesía.
Yo
también.
Dígame,
¿no interfiere su pintura con su escritura?
Todo
lo contrario: se aman sinceramente una a la otra.
Son
muy diferentes.
Mucho:
una es pintura y la otra es escritura.
Pero
sus poemas son bastante difíciles de entender, mientras que sus pinturas son muy
fáciles.
¿Fáciles?
Por
supuesto—pinta flores y muchachas y atardeceres; cosas que entiende cualquiera.
Nunca
le he conocido.
¿A
quién?
A
cualquiera.
¿Alguna
vez ha oído hablar de pintura no figurativa?
Lo
soy.
¿Perdone?
Soy
pintor, y la pintura es no figurativa.
No
toda la pintura.
No:
la pintura de brocha gorda es figurativa.
¿Y
qué se figura un pintor de brocha gorda?
Diez
dólares la hora.
En
otras palabras, no quiere hablar en serio—
Hace
falta dos para hablar en serio.
Bueno
déjeme ver... ah sí, una pregunta más: ¿en dónde vivirá cuando termine esta
guerra?
En
China; como de costumbre.
¿China?
Por
supuesto.
¿En
qué lugar de China?
En
donde un pintor es un poeta.
(e. e. cummings, A Miscellany Revised,
New York,
October House, 1965, pp. 316-17)
(Traducción, A. Catalán)
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