OZYMANDIAS
Encontré un
viajero de una tierra remota,
que me dijo: Dos enormes y desbastadas
piernas de piedra
se alzan en el desierto... cerca de ellas, en la
arena,
medio hundido, yace un semblante roto, cuyo ceñudo gesto,
sus
labios contraídos y su gesto tirano,
indican que el escultor bien
leyó esas pasiones
que todavía sobreviven, estampadas, en los objetos
sin vida,
la mano que se burlaba, y el corazón que las guiaba;
y en
el pedestal, escritas estas palabras:
“Mi nombre es Ozymandias, Rey de Reyes,
¡contemplad mis trabajos, oh poderosos, y desesperad!”
Nada queda en
torno. Alrededor de las ruinas
del colosal naufragio, hasta donde la
vista alcanza
se extiende solamente la arena solitaria.
(Percy Bysshe Shelley)
(Traducción de A. Catalán)
El original, aquí.
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