PORQUE NUESTROS CAMAREROS SON UNOS ROMÁNTICOS SIN REMEDIO
rompen los platos tras solo una comida:
platos que imitan nenúfares o
cangrejos de herradura,
alas
de vencejo,
carpas doradas, remolinos, espiráculos en un rictus:
todos
hechos añicos contra el borde de la mesa—
...pero además nuestro chef se abstiene de usar pimienta
& sal
en
favor de violetas & vísperas
& tinta de calamar y & miel de avispas
raros
líquenes cultivados en nieve de la comarca
auténtico légamo oscuro del Nilo o del Tigris.
¿Verdad
que sabes que la carne de ave, si se cocina bien,
cura las enfermedades psíquicas más comunes?
Es
algo relacionado con las plumas.
≈
...pero tienes hambre. Pasa. Siéntate. Prueba.
Para
la vergüenza hay pechuga de cisne.
Prueba con la tarta de codorniz para la rabia,
el
guacamayo sobre orquídeas escalfadas para el aburrimiento.
Y servimos muchísimas otras cosas.
No
hay realmente nada que no puedas pedir:
patas de cabra, naranjales, profetas & humo
huérfanos
tocando el violín
sabores de la memoria, invierno & cera, ángulos de
sol, insólitas reivindicaciones...
No
te preocupes, hay más que suficiente—
es un festín misterioso este al que asistes, pero te
ofrece
el
afable aroma del caldero, la luz de la abundancia vertida
sobre cada mesa & cada maravilloso taburete
Pasa—
≈
Ahora ya captas lo esencial:
a
la cabecera de cada mesa ese montón creciente de fragmentos
no son desechos sino un homenaje al ceramista.
El
mundo es un plato que paladear, que terminarse:
esta caracola a flote en el caldo
un
ojo vertical y ribeteado
aunque es un presagio & está probablemente
contaminado, es un consuelo
igual
que estas torres de nísperos & de relucientes escamas
o nuestro estruendo mortal y chillón de brillantes
cacerolas.
Pestañea
frente al sol y mira al interior.
Nuestras diminutas luces no se asemejan para nada a las
estrellas.
Pasa,
ven a cenar. Nunca te vas a sentir lleno.
(Amy Beeder, 2009)
Traducción de A. Catalán
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