20 de junio de 2020

Cinco poemas de Anne Carson


unas pocas palabras sobre el cromoluminarismo

La luz del sol ralentiza a los europeos. Fijaos en toda esa gente embelesada en Seurat. Fijaos en Monsieur, firmemente sentado. ¿A dónde se va un europeo cuando está «absorto en sus pensamientos»? Seurat —aquel viejo deslumbrante— ha pintado ese lugar. Queda del otro lado de la atención, a la distancia de un largo y perezoso trayecto en barca. Se trata aquí más bien de una tarde de domingo que de sábado. Seurat se ha encargado de dejarlo bien claro gracias a un método especial. Ma méthode, lo llamó, ciertamente malhumorado, cuando le preguntamos. Nos pilló escabulléndonos como adúlteros entre las frescas sombras de color verde. El río abría y cerraba sus labios pedregosos. El río apretaba a Seurat contra sus labios.


unas pocas palabras sobre por qué a algunas personas les resultan apasionantes los trenes

Son los nombres Northland Sante Fe Nickle Plate Line Delta Jump Dayliner Heartland Favourite Taj Express son las alargadas ventanas iluminadas los asientos de felpa los coches para fumadores los coches cama las preguntas sobre el anden la mujer francesa que me mira desde el otro extremo del pasillo nunca se sabe las lucecitas que se encienden en el techo las zonas de noctilucas el cauteloso a la par que descarado pasar de páginas por supuesto que en casa me espera alguien fiel son los azules depósitos de trenes los semáforos en rojo la barrita de chocolate sin abrir los curiosos calcetines tobilleros arrugados acelerar hasta los 130 kilómetros a la hora los árboles negros apiñados junto a los puentes que se quedan atrás con un estruendo las gafas de cerca le dan un aire a Racine o Baudelaire je ne sais plus lequel que le llenan la boca con sus sombras qui sait même qui sait.


unas pocas palabras sobre ovidio

Lo veo ahí en una noche parecida a esta pero fría, con la luna volando por las negras calles. Cena y regresa a su habitación. La radio está en el suelo. Su luminoso dial verde resuena suavemente. Se sienta a la mesa; las personas exiliadas escriben un montón de cartas. Ahora Ovidio está llorando. Todas las noches a estas horas se echa encima la tristeza como un manto y se pone a escribir. En su tiempo libre se dedica a aprender por su cuenta el idioma local (el gético) con la intención de componer un poema épico que nadie leerá jamás.


unas pocas palabras sobre la desfloración

Las acciones de la vida no son tantas. Entrar, avanzar, entrar en secreto, cruzar el Puente de los Suspiros. Y cuando me deshonraste vi que el deshonor es una acción. Sucedió en Venecia, provoca que las cuerdas vocales se hinchen. Recorrí Venecia bramando, bajo y sobre los puentes, pero ya no estabas. Más tarde ese mismo día llamé por teléfono a tu hermano. ¿Qué le pasa a tu voz? dijo.


unas pocas palabras sobre lo importante y lo trivial

Las cosas importantes son el viento, la maldad, un buen caballo de combate, las preposiciones, el amor inextinguible, la manera en que los pueblos eligen a su rey. Entre las cosas triviales está la tierra, los nombres de las escuelas de filosofía, el estado de ánimo y no estar con ánimo, la hora exacta. Hay más cosas importantes que cosas triviales en términos generales, aunque haya más cosas triviales de las que he escrito aquí, pero resulta desalentador ponerlas en una lista. Cuando pienso en ti leyendo esto no quiero que quedes cautivada, separada de tu vida por una malla metálica revestida de cristal, como una Electra cualquiera.

(Anne Carson, Short Talks)
(Traducción de Andrés Catalán)


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