"Hoy en día, si te ven leer poesía en el tren, el vagón
se vacía instantáneamente".
Andrew Motion en una entrevista en The Guardian
Efectivamente, es cierto. He ido aquí y allá
bastante en tren. Muy a menudo explico
que si primera clase no pudiste pagar
un libro de poemas cómprate en su lugar.
Así, si encuentras los asientos ocupados,
enarbola tu Edward Thomas, Yeats o Pound.
A tus colegas de vagón, muy alterados,
no les apetecerá seguir allí sentados.
La sociología ferroviaria más reciente
muestra que leer en voz alta es lo mejor:
elige algún que otro fragmento y será suficiente
para quedarte a solas totalmente.
Esta táctica es una bendición para insociables
y muestra que la poesía sí que es indispensable.
(Wendy Cope, Two Cures of Love, Selected Poems 1979-2006,
F&F, 2008)
(Traducción, A. Catalán)
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